Por otro lado existen muchos que pasan por la llamada crisis vocacional, ésta ultima muy asociada al tema de las motivaciones. Al avanzar en la carrera muchos perciben que no era lo que esperaban o peor incluso, al llegar a los últimos años, terminan por desilusionarse de su ciencia, arte, profesión o futuros colegas. La motivación, esa que necesitamos diariamente para levantarnos muy temprano y asistir a clases, aquella que nos hace aprender un poco más de lo que sólo se nos dicta, poco a poco se va perdiendo hasta llegar al extremo de estudiar por compromiso, estudiar debido a esta "anti-motivación".
Consideremos ahora el motivo al estudiar. ¿Seguir una vocación?, ¿servir a otros con mis conocimientos?, ¿ganar dinero? A mi modo de pensar dentro del abanico de motivaciones siempre deberían estar las dos primeras mencionadas, si tengo una vocación profesional de seguro todo el esfuerzo que se despliegue será una sencilla barrera. También el servir a otros podría ser una eficiente motivación. Acumular conocimientos, experiencias, técnicas y destrezas que podrán ayudar a un sinnúmero de personas que necesitarán de éstas, debería ser un motor en nuestro desarrollo intelectual. Servir a los demás con lo que hemos aprendido y no servirnos de de ellos por nuestra posición adquirida una vez siendo profesionales. Ahora bien, el altruismo total tampoco es la posición que defiendo. Me parece de lo más justo y gratificante recibir retribución económica por el trabajo y esfuerzo diligente en nuestro trabajo. El ganar dinero me parece también una correcta motivación según las circunstancias, por cierto si es matizada con otras como las mencionadas.
Estudiar entonces, requiere de bastante motivación y un par de correctos motivos.